Pestañas

1° Domingo de Adviento – Año B

Esperando su venida
P. Fernando Armellini

 

Introducción

 “Un hombre noble marchó se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver. Llamó a diez sirvientes suyos, les entregó una gran cantidad de dinero y les encargó: Háganla producir hasta que yo vuelva” (Lc 19,12-13).

Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo

Dios juez…para salvar
Fernando Armellini
 

Introducción

“Apártense de mí, malditos vayan al fuego eterno preparado para el diablo” (Mt 25,41) estas son las palabras más terribles que encontramos en el evangelio y no son las únicas en boca de Jesús: “les digo que no sé de dónde son Uds. Apártense de mí, malhechores” (Lc 13,27). “El hijo del hombre enviará a sus ángeles que recogerán de su reino todos los escándalos y los malhechores; y los echará al horno de fuego. Allí será el llanto y el crujir de dientes.” (Mt 13,41-42) “Átenlo de pies y manos y échenlo fuera a las tinieblas” (Mt 22,13) “Vendrá el Señor de aquel sirviente, el día y la hora menos pensada y lo castigará dándole el destino de los hipócritas. Allí será el llanto y el crujir de dientes” (Mt 24,50-51).

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario– Año A

Parece prudencia, pero es cobardía

Fernando Armellini

 Introducción

Jesús ha aconsejado ser “prudentes como serpientes” (Mt 10,16) y, sin embargo, su comportamiento y sus palabras parecen muy distantes de lo que comúnmente se entiende por prudencia: ha lanzado invectivas contra los escribas y fariseos (cf. Mt 23) e ironizado sobre su tendencia a endosar “largos vestidos” (cf. Mc 12,38), ha confrontado a los saduceos desmontando sus convicciones teológicas (cf. Mt 22,23-33), ha llamado “zorro” a Herodes (cf. Lc 13,32) y lanzado ráfagas de críticas contra los reyes que “visten ropas suntuosas” y “habitan en lujosos palacios” (cf. Mt 11,8). Violaba el sábado, frecuentaba gente de mala fama e impura, llamaba “serpientes y raza de víboras” a los guías espirituales del pueblo (cf. Mt 23,33) y aseguraba que los publicanos y las prostitutas les precederían en el reino de los cielos (c. Mt 21,31)… ¿Qué clase de prudencia es esta?

32 Domingo del Tiempo Ordinario– Año A

Lo difícil no es creer sino perseverar en la fe
Fernando Armellini

 

Introducción

 Israel ha experimentado la fidelidad de su Dios y por eso ha acuñado la expresión hesed we ‘emet, utilizada frecuentemente en la Biblia y que se puede traducir por: fiel en el amor. Cuando el Señor estipula una alianza permanece fiel a lo pactado, aunque la otra parte traicione los compromisos adquiridos; cuando Dios hace una promesa, nunca falta a su palabra.

Solemnidad de todos los santos

Caminad en el Amor 
P. Fernando Armellini

 

Introducción

En el pasado, los santos han disfrutado de una tremenda popularidad: las iglesias estaban llenas de sus estatuas y recurrir a ellas era tal vez más común que acudir a Dios. Había un santo para camioneros, para estudiantes, para artículos perdidos, para enfermedades de los ojos e incluso para un dolor de garganta. Fueron considerados una especie de intermediarios que tenían la función de “suavizar” el impacto de un Dios considerado demasiado grande y demasiado lejos, un poco inaccesible y algo extraño a nuestros problemas.

XXX Domingo del Tiempo Ordinario– Año A

Quien ama al prójimo encuentra a Dios 
Fernando Armellini

 

 Introducción 

 Soledad, silencio, ascesis son necesarios para crear un clima favorable a la contemplación, a la “vida interior”, al encuentro con Dios, pero se convierten en señales de patología si nos alejan de los hombres, si nos llevan al desinterés por los hermanos. La contraposición entre el amor al hombre y el culto a Dios está fundada en mitos paganos, no se deriva del evangelio.

XXV Domingo del Tiempo Ordinario– Año A

“Dios premia según los méritos”
Fernando Armellini 

Introducción

Los términos eucaristía y carisma son muy conocidos. Derivan del griego charis que significa benevolencia, don gratuito, regalo que produce gozo, que nos hace felices.

Es grande la satisfacción que experimentamos cuando se nos entrega un diploma académico después de tanta fatiga y noches de insomnio, pero inmensa es la alegría que produce en nosotros una simple flor que la persona amada nos ofrece en el momento en el que nos declara su amor.

XXIV Domingo del Tiempo Ordinario– Año A

El perdón, fiesta de Dios y del hombre
Fernando Armellini

 Introducción

No rompas el tenue hilo de la amistad porque, una vez roto, aunque lo recompongas de nuevo, quedará siempre el nudo”. Este es el consejo que nos dio nuestro maestro cuando yo estaba en la escuela primaria; se me quedó gravado en la memoria y me viene a la mente cada vez que soy testigo de desavenencias, contrastes, sinsabores, divisiones y me angustia el solo pensar que basta un error para poner un fin definitivo a la amistad, a esa relación que la Biblia llama “Bálsamo de vida” (Eclo 6,16). “Has soltado un pájaro de la mano, así has soltado a tu amigo y no lo cazarás; no lo persigas que ya está lejos” (Eclo 27,19-20). La incapacidad de perdonar, el miedo a confiar plenamente de nuevo en quien se ha equivocado, son las fuerzas malignas que hacen irrecuperables los lazos de un amor roto hecho pedazos.

Domingo XXII del tiempo ordinario– Año A

 Da la vida si no quieres perderla
Fernando Armellini

 

Introducción

“En mi angustia” (Sal 77,3) invocamos al Señor porque estamos convencidos que él: “da vida y aliento y todo a todos” (Hch 17,25). Recurrimos a los santos, visitamos santuarios, besamos reliquias, hacemos novenas…siempre para tener vida. Las multitudes buscaban a Jesús “y cuando lo alcanzaban lo retenían para que no se fuese” (Lc 4,42), lo tocaban “porque salía de él una fuerza que sanaba a todos” (Lc 6,19). Se acercaban a él para obtener vida. “Yo vine para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10).  

Domingo XXI del tiempo ordinario– Año A

Un descubrimiento que te cambia el nombre y la vida
Fernando Armellini

 

Introducción

Circulaba al final de los años 60 un retrato de Cristo “en busca y captura” (wanted): pelo largo, barba descuidada, amigo de marginados, mensaje revolucionario, “mal-visto” por los poderes establecidos. Era el “Jesús de los contestatarios” quien, por cierto tiempo, entró en competencia con el tradicional “Jesús místico”, el favorito del quienes se sentían atraídos por la religión de las devociones y del intimismo. Tuvo también su época el “Cristo triunfante”, entre lábaros y estandartes: era el “conquistador de reinos” y protector de los soberanos de este mundo.

XVII Domingo del Tiempo Ordinario, Año A


La alegría de descubrir un tesoro
P. Fernando Armellini

Introducción
        El arqueólogo Carter se quedó momentáneamente sin palabras, estupefacto, casi paralizado, cuando, habiendo introducido una luz a través de una apertura de la tumba inviolada de Tutankhamón, vislumbró el tesoro más rico jamás descubierto. Ansiosos de saber qué había visto, los tres amigos que estaban con él le interrogaban con insistencia. Carter pudo solamente articular estas palabras: “cosas maravillosas, cosas maravillosas”. Si no hubiera sido por este tesoro de Tutankhamón, del faraón de la XVIII dinastía, muerto a los 19 años, apenas si recordaríamos hoy su nombre.
        Salomón vivió en el lujo: “Acumulé oro y plata, tesoros y propiedades; me procuré cantantes y coristas, y lo que más deleita a los hombres, vinos y mujeres” (Ecl 2,8), pero no fue esto lo que le hizo famoso.

XVI Domingo del Tiempo Ordinario, Año A


La impaciencia del hombre y la calma de Dios
P. Fernando Armellini

Introducción
La obra de la creación se inició separando la luz de las tinieblas (cf. Gn 1,4); el firmamento fue puesto para separar las aguas que están por encima del cielo de aquellas que se encuentran en la tierra (cf. Gn 1,6-7); Dios dijo: “Que existan astros en el firmamento del cielo para separar el día de la noche” (Gn 1,14). Al término de estas separaciones, el autor sagrado comenta: “Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno” (Gn 1,31).

XV Domingo del tiempo ordinario, Año A

Entre el cielo y la tierra…“la palabra”

Introducción
¿Es de fiar la palabra del hombre?
No mucho. Desconsolado y sin ilusión, el salmista iba repitiendo: “Escasean los fieles, han desaparecido los leales entre los hombres. No hacen más que mentirse unos a otros, hablan con labios mentirosos y doblez de corazón” (Sal 12,1-2). Hoy la palabra sigue devaluada: no se cree en las promesas, solo confiamos en documentos escritos y firmados; “hechos y no palabras”, oímos una y otra vez.

XIII domingo del tiempo ordinario– Año A

Quien tiene un corazón grande no está contento con una casa pequeña



Introducción
El término casa en hebreo significa no sólo el edificio, sino también a la familia, célula de la sociedad en la que, sobre todo en los tiempos antiguos, la persona encontraba albergue, se sentía acogida y protegida.
De esta doble casa la persona no puede prescindir: “Son esenciales para la vida agua, pan, casa y un vestido para cubrir la desnudez” (Eclo 29,21), por lo que en la hospitalidad de Oriente Medio siempre ha sido sagrada, como lo atestiguan las recomendaciones insistentes de la Biblia: “Practiquen la hospitalidad mutua sin quejarse” (1 Pe 4,9); “No olviden la hospitalidad, por la cual algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles” (Heb 13,2).

XII domingo del tiempo ordinario– Año A

¡Es muy arriesgado ir a contramano!

Introducción
Antes de entrar en una calle se debe prestar atención a las señales, es necesario determinar si, por casualidad, uno ha entrado en dirección prohibida.
Al observar la dirección en que se mueven los demás, un discípulo de Cristo tiene la sensación inmediata y aguda de conducir contra el tráfico. Si uno elige los caminos de la renuncia, del intercambio de bienes, del amor desinteresado, del perdón sin límites, del cumplimiento de la palabra, ve moverse el tráfico en la dirección opuesta y se da cuenta de que debe proceder con cautela y prudencia, el choque es inevitable y él siempre será el perdedor, se considerará fuera de lugar, al ser acusado de violar las reglas aceptadas por todos.

Lectio CUERPO Y SANGRE DE CRISTO (A)


Jesús el Pan de la Vida
“¡Quien come de este pan vivirá eternamente!

1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
 Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

Solemnidad de la Santísima Trinidad– Año A

¿En que dios crees?

Introducción
No basta con creer en Dios, es importante verificar en qué Dios se cree. Los musulmanes profesan su fe en Alá, el creador del cielo y de la tierra, aquel que gobierna desde lo alto, que ha establecido prescripciones justas y prohibiciones santas y vigila para premiar a quienes las observan y castigar a los transgresores. No conciben que Dios se rebaje al nivel de los hombres y que pueda descender para encontrarse y dialogar con ellos. ¿Es éste el Dios en el que creemos?

Semana Santa

DOMINGO DE RAMOS (A)
Narración de la Pasión y Muerte de Jesús
Descubrir de nuevo el primer amor
Mateo 26,14-27; 27,1-66

1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

IV Domingo de Cuaresma– Año A


Existe una luz sin ocaso
Fernando Armellini

Introducción
Hay cosas que logramos ver, otras se nos escapan. Crecen a ritmo vertiginoso los conocimientos científicos que nos permiten examinar, controlar, cuantificar todo lo que es material. Despiertan nuestra curiosidad y nos apasionan, nos hacen sentir orgullosos hasta el punto de inducir a algunos a creer que exista y sea verdadero solamente lo que puede ser visto con los ojos, contrastado con los sentidos, verificado con los instrumentos del laboratorio.

II Domingo de Cuaresma– Año A

Elegidos para servir
Fernando Armellini

Introducción
“El Señor te ha elegido –dice Moisés al pueblo de Israel– entre todas las naciones de la tierra como pueblo de su propiedad” (Dt 14,2). “Solo de sus padres se enamoró el Señor, los amó y de su descendencia los escogió a ustedes entre todos los pueblos de la tierra” (Dt 10,15-16). También los cristianos son “estirpe elegida” (1 Pe 2,9). “Nos consta, hermanos queridos de Dios, que ustedes han sido elegidos” (1 Tes 1,4), declara Pablo a los Tesalonicenses. Si el Señor, como afirma Pedro, “no hace diferencia entre las personas” (Hch 10,34) ¿qué sentido tiene hablar de elección?

I Domingo de Cuaresma– Año A

La tentación de una felicidad ilusoria
Fernando Armellini

Introducción
En lenguaje corriente, ser tentado significa sentirse atraído por lo prohibido, de ahí que nos parezca extraño que grandes personajes de la Biblia, como los patriarcas, Job hayan sido tentados. De la extrañeza pasamos a la inquietud y al desconcierto frente al relato de las tentaciones de Jesús, especialmente frente a la afirmación del autor de la carta a los Hebreos que, hablando de Cristo declara: “Como él mismo sufrió la prueba puede ayudar a los que son probados” (Heb 2,18). “El sumo sacerdote que tenemos no es insensible a nuestra debilidad ya que, como nosotros, ha sido probado en todo excepto en el pecado” (Heb 4,15). 

VII domingo del tiempo ordinario– Año A

A pasos cortos hacia una meta inalcanzable
Fernando Armellini


Introducción
“Señor no soy digno”, repetimos antes de acercarnos a recibir la comunión, conscientes de que la unión con Cristo en la eucaristía lleva consigo compartir su estilo de vida. “No soy digno”, es decir, no soy capaz de convertirme como tú en pan compartido y sangre derramada, sin reserva, en favor de los hermanos. Sé que no tendré la fuerza de dejarme “consumir” por ellos, por eso vengo solo a implorar tu Espíritu. 

VI domingo del Tiempo Ordinario– Año A

Observan los mandamientos, pero no entran en el reino de los cielos
Fernando Armellini

Introducción
Los hebreos llaman la Ley a los primeros cinco libros de la Biblia. Una manera sorprendente de nombrar una colección que contiene sí, normas, preceptos y mandatos, pero que no es un código de derecho como lo entendemos hoy. La Biblia es un relato apasionado, una historia de amor entre Israel y su Dios. Comienza con la creación del mundo y continúa con la llamada a Abrahán, la historia de los patriarcas, la esclavitud en Egipto y el Éxodo. Una Ley bastante original.
A decir verdad, el término ley no traduce exactamente el término Torah que se deriva de la raíz iarah e indica el acto de lanzar una flecha, de mostrar la dirección. También nosotros nos guiamos en las carreteras por “las flechas” de las señales de tráfico.

V Domingo del Tiempo Ordinario– Año A

Ser sal y luz, pero ¿cómo?
Fernando Armellini

Introducción
“Hoy ya no hay fe, dicen algunos. Antes ¡había tanta!” ¿Cómo se mide la fe? ¿De acuerdo, quizás, con las estadísticas de todos aquellos que participan en la misa dominical, que se acercan a los sacramentos, que se casan por la Iglesia, que envían sus hijos al catecismo? ¿Se tiene en cuenta, acaso, las muchedumbres imponentes que se reúnen en los grandes encuentros eclesiásticos? ¿Cómo llegamos a saber si la fe aumenta o disminuye y cuándo sucede esto? ¿Es, quizás en las solemnes celebraciones, cuidadas hasta el mínimo detalle e impecablemente ejecutas, donde los cristianos se muestran como la sal de la tierra y luz del mundo?  

Presentación del Señor– Año A


Todos lo esperaban, solo Ana y Simeón lo reconocieron
Fernando Armellini
 
Introducción
             Han pasado cuarenta días desde la Navidad y, quizás con un poco de nostalgia, recordamos aún las emociones que experimentamos en esos días, sobre todo por el gozoso mensaje que nos trajo el Niño, astro venido del cielo para iluminar nuestras noches: “nos visitará desde lo alto un amanecer que ilumina a los que habitan en tinieblas y en sombras de muerte” (Lc 1,78-79). ¿A qué se debe que la Iglesia nos invite a contemplar de nuevo al Niño Jesús?
             La fiesta de la Presentación del Señor tiene orígenes muy antiguos. En Oriente ya se celebraba en el siglo IV con el nombre y el significado de Fiesta del Encuentro: porque evocaba el encuentro de Jesús en el tempo con el Padre, con Simeón y Ana, representantes del resto de Israel que permaneció fiel a Dios como Abrahán.

III Domingo del Tiempo Ordinario– Año A

¿Cuánto durará la noche?
Fernando Armellini


             Introducción
             “Judas comió el pedazo de pan y salió inmediatamente. Era de noche” (Jn 13,30). Pocas palabras para describir una escena dramática; un hombre, a merced ya de sus proyectos de locura, abandona a Cristo-luz y viene devorado por la obscuridad.
             La gente teme la obscuridad de la noche y se anima cuando comienzan las primeras luces del alba. Los centinelas escrutan el horizonte, esperando la aurora (Sal 130,6). Largas son las noches de quien, ardiendo de fiebre y presa de pesadillas, gira y da vueltas esperando la mañana (cf. Job 7,3-4).

II Domingo del Tiempo Ordinario, Año A

Dios: aquel que llama
Fernando Armellini

             Introducción
             No hay página de la Escritura en la que no aparezca de un modo u otro el tema de la vocación. “En el principio” Dios llama las criaturas a la existencia (cf. Sab 11,25), llama al hombre a la vida y cuando Adán se aleja de él le pregunta: “Dónde estás?” (Gen 3,9). Llama a un pueblo y lo escoge entre todos los pueblos de la tierra (Dt 10,14-15); llama a Abrahán, Moisés, los profetas y les confía una misión a cumplir, un plan de salvación que llevar a cabo. Llama por nombre también a las estrellas del firmamento y estas responden: “¡Aquí estamos!” y gozan y brillan de alegría para aquel que les ha creado (Bar 3,34-35). Comprender estas vocaciones equivale a descubrir el proyecto que Dios tiene acerca de sus criaturas y acerca de todo hombre. Ninguno y nada es inútil: cada persona, cada ser tiene una función, una tarea que cumplir.

Bautismo del Señor, Año A

 El pasó haciendo el bien
Fernando Armellini


Introducción

Los lugares bíblicos tienen con frecuencia un significado teológico. El mar, el monte, el desierto, la Galilea de las naciones, Samaria, las tierras del otro lado del lago de Genesaret son mucho más que simples indicaciones geográficas (a menudo ni siquiera exactas).

Lucas no especifica el lugar del bautismo de Jesús; Juan, sin embargo, lo especifica: “tuvo lugar en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando” (Jn 1,28). La tradición ha localizado justamente el episodio en Betábara, el vado por el que también el pueblo de Israel, guiado por Josué, atravesó el río, entrando en la Tierra Prometida. En el gesto de Jesús se hacen presentes el recuerdo explícito del paso de la esclavitud a la libertad y el comienzo de un nuevo éxodo hacia la Tierra Prometida.

II Domingo de Navidad

Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros
Fray Miguel de Burgos Núñez

Este domingo meditamos sobre el Prólogo solemne del Evangelio de Juan. El Prólogo es el portón de entrada. Es la primera cosa que se escribe. Es como un resumen final, puesto al principio. Bajo la forma de una poesía profunda, misteriosa y muy solemne, Juan ofrece un resumen de todo aquello que dirá sobre Jesús en los veintiún capítulos de su evangelio. Probablemente esta poesía era de un cántico de la comunidad, utilizado y adaptado después por Juan. El cántico comunicaba la experiencia que la comunidad tenía de Jesús, Palabra de Dios. También hoy, tenemos muchos cantos y poesías que tratan de traducir y comunicar quién es Jesús para nosotros. Revelan la experiencia que nuestras comunidades tienen de Jesús. Una poesía es como un espejo. Ayuda a descubrir las cosas que están dentro de nosotros. Cada vez que escuchamos o repetimos con atención una poesía, descubrimos cosas nuevas, sea en la poesía misma, como dentro de nosotros. En el curso de la lectura del prólogo del evangelio de Juan es bueno activar la propia memoria y tratar de recordar cualquier cántico o poesía sobre Jesús, de nuestra infancia, una que haya marcado nuestra vida.