Fernando Armellini
Introducción
En lenguaje
corriente, ser tentado significa sentirse atraído por lo prohibido, de ahí que
nos parezca extraño que grandes personajes de la Biblia, como los patriarcas,
Job hayan sido tentados. De la extrañeza pasamos a la inquietud y al
desconcierto frente al relato de las tentaciones de Jesús, especialmente frente
a la afirmación del autor de la carta a los Hebreos que, hablando de Cristo
declara: “Como él mismo sufrió la prueba puede ayudar a los que son probados”
(Heb 2,18). “El sumo sacerdote que tenemos no es insensible a nuestra debilidad
ya que, como nosotros, ha sido probado en todo excepto en el pecado” (Heb
4,15).