P. Fernando Armellini
Marcos
10,46-52
Introducción
Homero
veía, pero se le representa ciego. Era el símbolo de los hombres inspirados, de
los que, al penetrar en las verdades profundas, ocultas al común de los
mortales, tienen que cerrar los ojos a la realidad de este mundo. En la antigua
Grecia, incluso los magos, los adivinos, los rapsodas eran considerados ciegos:
tenían que abstraerse de las apariencias engañosas, ignorar las vanaglorias
terrenas, para captar la luz y los pensamientos de los dioses.