Cristo, huésped pero no para un día
P. Fernando Armellini
Introducción
“Ante
ti somos emigrantes y extranjeros, igual que nuestros padres. Nuestra vida
terrena no es más que una sombra sin esperanza” (1 Cr 29,15). En estas palabras
de David se capta la lección que Israel ha asimilado de la experiencia del
desierto: ha vivido en tiendas, sin morada fija, ha pedido hospitalidad a otros
pueblos (frecuentemente rechazada cf. Nm 20,14-21) y así ha aprendido a
apreciar la hospitalidad.